Servicios públicos, el gran motor

El reporte del DANE para septiembre (0,32% mensual; 5,18% anual) mostró una geografía de precios fragmentada. Montería lideró el aumento mensual, mientras Ibagué retrocedió. La diferencia no es casual: detrás hay canastas con pesos distintos y choques específicos por ciudad.
En Montería, el salto en la recogida de basuras (+11,22%) y el arriendo imputado elevaron el índice local; la canasta urbana y la estructura tarifaria amplifican el impacto. En alimentos, carnes y tubérculos (yuca +15,57%) empujaron al alza en la Costa y el Caribe interior, mientras que en Ibagué la fuerte caída del tomate (-23,10%) y la baja en huevos y electricidad tiraron el índice hacia abajo.
En vivienda, el arriendo y los costos asociados a alojamiento, agua, electricidad y gas siguen siendo un piso alto para varias capitales, entre ellas Bogotá y Barranquilla. En el agregado anual, restaurantes, hoteles y educación aportaron buena parte del 5,18%; se trata de rubros menos volátiles que alimentos, por lo que su persistencia mantiene el IPC contenido pero elevado.
Pereira se mantuvo como la ciudad más cara del año, reflejando una canasta con presiones en servicios y gasto fuera del hogar. La consistencia del indicador allí sugiere rigideces de precios más que choques puntuales.
Para los hogares, el “dónde” importa tanto como el “cuánto”. Presupuestos familiares idénticos rinden distinto entre Montería e Ibagué en el corto plazo. Será clave observar si octubre y noviembre confirman la moderación en varias capitales y si los ajustes tarifarios de fin de año revierten el respiro en ciudades “baratas”. La foto de septiembre no sentencia una tendencia, pero sí desnuda factores locales que marcan el bolsillo: servicios, vivienda y comida. El seguimiento por ciudad será determinante para decisiones de consumo, negociación salarial y política pública.
