El fracaso en la transición energética de Petro

El presidente Gustavo Petro se enfrenta a un dilema en sus últimos meses de gobierno: ¿cómo implementar un cambio radical en la transición energética cuando los intereses establecidos siguen siendo fuertes? Durante su participación en la COP30, Petro admitió que la política ambiental de su gobierno ha fracasado hasta ahora, pero al mismo tiempo, insiste en que su equipo debe tomar decisiones más radicales para lograr los objetivos climáticos.
Sin embargo, ¿será suficiente este giro radical para revertir los obstáculos históricos de la política energética en Colombia?
Desarrollo
El análisis del mensaje de Petro revela una compleja realidad: la transición energética no solo depende de las buenas intenciones o de la voluntad de un presidente. Existen fuerzas poderosas en juego, como los lobbies del petróleo, carbón y gas, que siguen siendo una barrera significativa para el avance de la política ambiental en Colombia.
Aunque Petro se muestra optimista en cuanto a la necesidad de actuar de manera más radical, la verdadera pregunta es si este enfoque podrá superar la resistencia de sectores clave de la economía nacional. La dependencia del petróleo, aunque disminuyendo, sigue siendo crucial para el desarrollo económico del país.
Petro ha destacado que el fracaso en la lucha contra el cambio climático es evidente en las cifras científicas: el planeta se calienta y los objetivos de temperatura establecidos por el Acuerdo de París están fuera de alcance. Sin embargo, la implementación de políticas más radicales, como las que propone el presidente, podría generar tensiones con otros sectores, como el empresarial, que temen por sus intereses.
Un punto clave en el discurso de Petro fue la crítica al lobby internacional, especialmente el de los países productores de petróleo y las grandes corporaciones. Según el presidente, estos actores han frenado el progreso hacia una transición energética global efectiva, priorizando sus ganancias a corto plazo por encima de la sostenibilidad.
La ausencia de Donald Trump en la COP30 también refleja una actitud escéptica frente a los esfuerzos globales por mitigar el cambio climático. Este tipo de posturas pueden generar un clima de desconfianza que dificulta aún más los avances en la política internacional.
A pesar de los desafíos, Petro parece decidido a mantener su enfoque de transformación radical. Sin embargo, este giro necesita más que voluntad política para ser efectivo: requiere un cambio estructural en la economía y la política energética del país.
El cierre de su mandato se perfila como un momento clave para evaluar si las medidas adoptadas podrán revertir el rumbo de la transición energética, o si, por el contrario, la falta de acción contundente continuará marcando el legado de su gobierno. La radicalización de la estrategia de Petro podría ser una respuesta a la falta de resultados, pero el éxito de esta política dependerá de su capacidad para enfrentar los poderosos intereses económicos que se oponen a una transición energética efectiva.
Solo el tiempo dirá si este enfoque puede ofrecer resultados tangibles en los últimos meses de su mandato.
