La zona rural de Turbo vuelve a quedar en medio de la violencia asociada al Clan del Golfo
En Nueva Colonia, un corregimiento rodeado de cultivos y vías terciarias en el municipio de Turbo, los días suelen empezar temprano, cuando el sol apenas ilumina las trochas y los habitantes se alistan para trabajar la tierra o salir hacia el casco urbano. Este lunes festivo, sin embargo, la rutina se vio alterada por la presencia de policías, vehículos oficiales y rumores que se propagaron rápido: en una vía rural había aparecido el cuerpo de un hombre con heridas de arma de fuego.
Con el paso de las horas, las autoridades confirmaron que se trataba de Luis Elías Ávila Hernández, conocido como El Negro en la región y hermano de Jobanis de Jesús Ávila, alias Chiquito Malo. Para muchos habitantes de Urabá el apellido Ávila no es extraño: se asocia a la cúpula del Clan del Golfo, organización que ha tenido fuerte influencia en la zona durante años. En el corregimiento, el dato de que el muerto era familiar del máximo jefe del grupo armado ilegal agregó una capa más de inquietud.
El relato que circula entre vecinos y transportadores habla de un hombre recogido en el sector de San Jorge, en zona rural, y llevado a toda prisa a un hospital con la versión de un supuesto accidente de tránsito. Esa historia, que en principio parecía encajar con las carreteras destapadas y los riesgos habituales de la zona, se fue desdibujando cuando los médicos y las autoridades constataron que el cuerpo presentaba impactos de bala y no lesiones propias de un siniestro vial.
Mientras la Policía acordonaba el área y se daban los primeros reportes oficiales, en las fincas y caseríos la conversación giraba en torno a lo que significa vivir en un territorio donde se cruzan proyectos agroindustriales, rutas del narcotráfico y viejas historias de paramilitarismo. Para muchos habitantes de Nueva Colonia, la noticia de que el muerto era hermano de Chiquito Malo solo confirma que, aun cuando parezca tranquila, la zona sigue siendo un punto estratégico en el mapa del Clan del Golfo.
En los relatos locales aparece también la sensación de quedar atrapados entre fuerzas que no controlan. Los campesinos tienen presente que, así como el Estado habla de vías, puertos y proyectos de desarrollo, los grupos armados ilegales ven en esos mismos espacios oportunidades para mover cargamentos, cobrar extorsiones o enviar mensajes de poder. La muerte del hermano del máximo cabecilla del Clan, en una trocha de Nueva Colonia, se lee como un recordatorio de que las decisiones que se toman lejos, en las cúpulas del crimen o en las mesas de negociación, terminan golpeando a las comunidades.
En Turbo y en todo Urabá, la noticia se fue extendiendo a través de emisoras regionales y cadenas de mensajería. Los habitantes comentan que, después de cada titular sobre el Clan del Golfo, suelen venir días de mayor presencia militar y policial, pero también de incertidumbre sobre posibles retaliaciones o ajustes internos. La sensación de “algo va a pasar” vuelve a instalarse entre quienes han vivido otras oleadas de violencia y saben que los anuncios no siempre vienen acompañados de protección suficiente.
En los corrillos del corregimiento, algunos se preguntan si el caso traerá más sangre o si, por el contrario, será el punto de inflexión para que el Estado refuerce su presencia integral y la vida campesina pueda transcurrir con menos miedo. Por ahora, lo único claro es que el cuerpo de Luis Elías Ávila ya hace parte de la historia de Nueva Colonia y de la larga lista de hechos que han marcado el Urabá antioqueño, una región donde la paz sigue siendo, sobre todo, una aspiración cotidiana.
El hallazgo del cuerpo de Luis Elías Ávila, hermano de alias Chiquito Malo, en el corregimiento de Nueva Colonia, Turbo, Antioquia, impactó de lleno la vida rural en Urabá. Más allá de las cifras de homicidios, las comunidades campesinas sienten el peso de un crimen que se conecta con el poder del Clan del Golfo en la región. Mientras la investigación avanza, habitantes de Turbo y Nueva Colonia piden que este caso sirva para reforzar la presencia estatal, mejorar la seguridad y garantizar que la paz prometida llegue también a las trochas y cultivos de Antioquia.
