Los delincuentes dispararon contra una camioneta Mazda de alta gama y huyeron con dos maletas
El violento atraco registrado en el sector de Los Lagartos, en Suba, volvió a poner bajo la lupa una modalidad que las autoridades en Bogotá conocen bien: el fleteo, es decir, el seguimiento y ataque a personas que retiran sumas altas de dinero o transportan valores. En este caso, los hechos se concentraron en torno a una camioneta Mazda de alta gama, interceptada cerca de la calle 116 con carrera 72 por sujetos armados que se movilizaban en moto y que no dudaron en disparar varias veces contra el vehículo.
La escena coincide con patrones ya identificados en otros casos: delincuentes que siguen a las víctimas por varios kilómetros, eligen una intersección con semáforo o un punto donde el tráfico obliga a disminuir la velocidad, y allí ejecutan el ataque. Según las primeras versiones conocidas en medios, los agresores habrían disparado de forma directa y luego huyeron con dos maletas que se encontraban dentro de la camioneta, presuntamente con una importante cantidad de dinero u objetos de alto valor, extremo que aún se verifica en la investigación.
En paralelo, informes de otros medios nacionales recuerdan que este no es un hecho aislado. En días recientes, un tiroteo similar en el norte de la ciudad dejó también dos heridos, tres capturados y un vehículo baleado, en un caso que igualmente involucró el robo de maletas y que se investiga bajo la hipótesis de fleteo. Este tipo de coincidencias indican que ciertas bandas estarían especializando su accionar en el ataque a camionetas y carros de gama media y alta que circulan por corredores como la 116, la autopista Norte y la avenida Boyacá.
Frente a este panorama, analistas en seguridad consultados por distintos medios han insistido en la necesidad de reforzar los protocolos de manejo de efectivo por parte de ciudadanos y empresarios: evitar retirar grandes sumas sin acompañamiento, utilizar servicios de transporte de valores cuando se trate de montos elevados y coordinar rutas y horarios con entidades financieras para reducir el riesgo. El caso de Los Lagartos refuerza el mensaje de que, aunque el ataque ocurrió en una zona residencial, el detonante podría haber sido la información sobre lo que se transportaba en el vehículo.
Las autoridades, por su parte, enfocan sus esfuerzos en la recolección de pruebas técnicas. El análisis de cámaras de seguridad de la zona, la identificación de la moto utilizada en el ataque, el rastreo de la camioneta baleada y la revisión de antecedentes de las personas heridas y de los posibles detenidos son pasos clave para determinar si se trata de una banda ya conocida o de una estructura criminal que está ampliando su radio de acción en el norte de Bogotá.
En el plano estadístico, la Policía ha reconocido que los hurtos a personas y a vehículos han tenido comportamientos preocupantes en varios puntos de la ciudad, incluidos sectores tradicionalmente considerados de mayor seguridad. La combinación de motos, armas de fuego y seguimiento a víctimas se ha consolidado como una de las principales amenazas para quienes realizan transacciones bancarias o movilizan dinero en efectivo, al punto que entidades financieras suelen reiterar advertencias específicas sobre esta modalidad.
El caso de la balacera en medio de un atraco en Los Lagartos se convierte, así, en un ejemplo que ilustra los desafíos que enfrenta Bogotá para contener el fleteo y los robos a mano armada en zonas de alto flujo vehicular. De la efectividad de esta investigación dependerá no solo la captura de los responsables, sino también el envío de un mensaje disuasivo a otras bandas que hoy ven en la capital un escenario propicio para este tipo de delitos.
La violenta balacera en medio de un atraco en el norte de Bogotá, donde una camioneta de alta gama fue atacada y dos personas resultaron heridas, ha reavivado las alertas por posibles casos de fleteo en Suba y en la calle 116. Con dos maletas robadas y delincuentes huyendo en moto, las autoridades trabajan contra el reloj para identificar a la banda responsable y frenar una modalidad que preocupa a residentes, comerciantes y entidades financieras. Entender cómo operan estos grupos y qué medidas preventivas pueden tomar los ciudadanos es clave para reducir el impacto de los robos a vehículos y ataques armados en Bogotá.
