La perrita viringo peruano se convirtió en rostro visible de una iniciativa que busca sostener a decenas de animales rescatados
Cuando la organización Adopta con Responsabilidad compartió por primera vez las fotos de Carla, lo hizo para contar la llegada de una nueva perrita rescatada y explicar por qué su aspecto era diferente al de otros perros del refugio.
Sin embargo, la respuesta del público en redes superó lo esperado y la convirtió rápidamente en uno de los casos más comentados de la fundación. Ese impulso coincidió con el lanzamiento de una campaña de recaudo que hoy se apoya en su imagen.
La iniciativa se llama “Velitas Pro Patitas” y consiste en la venta de cajas de diez velas por un valor de $20.000, recursos que se destinan a cubrir los costos de comida, exámenes médicos, medicamentos y otros gastos asociados al cuidado de animales rescatados en Bogotá y Soacha.
Bajo el lema “cada luz encendida trae un deseo”, la fundación invita a quienes siguen la historia de Carla a convertir la empatía en apoyo concreto.
El caso de la perrita viringo peruano es un ejemplo claro de por qué estas iniciativas son necesarias. Antes de ser puesta en adopción, Carla requiere exámenes como cuadro hemático y coprológico, visitas veterinarias periódicas y productos específicos para el cuidado de su piel, que por su falta de pelaje necesita hidratación y protección solar.
Cada uno de estos pasos tiene un costo que las organizaciones asumen en medio de un flujo constante de ingresos y egresos.
El equipo de Adopta con Responsabilidad insiste en que el rescate no termina cuando un animal llega al refugio; por el contrario, ahí empieza una etapa intensa de recuperación física y emocional. En el caso de Carla, ese proceso incluye adaptación al entorno, socialización con otros perros y contacto con voluntarios que dedican parte de su tiempo a brindarle cariño y acompañamiento.
Las velitas, explican, ayudan a sostener esa rutina invisible que no siempre se ve en las fotos.
A través de las redes sociales, la fundación comparte actualizaciones sobre el estado de salud de Carla y recuerda que quienes compran las velas no solo contribuyen a su proceso, sino también al de muchos otros perros y gatos que transitan por el refugio.
El objetivo es que las personas entiendan la cadena completa: desde el rescate en calle o en contextos de vulnerabilidad, hasta la entrega final a una familia, pasando por meses de atención.
La campaña tiene, además, un componente educativo. En cada publicación, la organización aprovecha para hablar de adopción responsable en Bogotá, explicar los cuidados de los perros sin pelo y responder dudas frecuentes de quienes se interesan por la viringo peruana.
Estas piezas informativas buscan que futuros adoptantes estén mejor preparados y que la decisión de llevar un animal a casa no se base solo en la ternura que despierta una foto.
Mientras tanto, el futuro de Carla se construye paso a paso. La fundación confía en que, una vez completado su proceso médico, la perrita pueda encontrar un hogar donde comprendan sus necesidades y se comprometan con su bienestar a largo plazo.
Hasta entonces, cada velita encendida representa un pequeño aporte para que su historia, y la de muchos otros animales, pueda seguir escribiéndose con mejores oportunidades.
“Velitas Pro Patitas” es un ejemplo de cómo las fundaciones animalistas en Bogotá combinan campañas de recaudo, historias virales y educación sobre bienestar animal para sostener sus refugios. A través de la historia de Carla, la perrita viringo sin pelo que hoy brilla en redes y en la capital, la iniciativa muestra que la adopción responsable y el apoyo económico van de la mano. Para quienes buscan ayudar a animales rescatados en Bogotá y Soacha, esta campaña ofrece una forma sencilla de aportar, mientras se posiciona como una referencia de solidaridad y cuidado hacia los perros y gatos más vulnerables.
